martes, 31 de diciembre de 2013

LIMA-TRAPICHE-HUARAL: RUTA DE LA PENITENCIA, 29/12/13

Cerramos el 2013 con una Gran Ruta.

El último 29 de diciembre nos fuimos a explorar la llamada Ruta de la Penitencia y descubrimos lo exigente que es. Su camino escarpado y tortuoso, bajo el incandescente Sol de un verano que apenas se asoma, no fue obstáculo para que 18 cicloviajeros se atrevieran a cruzar el yermo desierto y las montañas abruptas que separan los pueblos de Trapiche y Huaral.
Plaza mayor de Trapiche, poco antes de ingresar al desierto.

 Ruta de la Penitencia: cruzando el desierto a bordo de un pedal.


El viaje fue espectacular, colmado de retos, aventuras y desventuras que quedarán grabados en nuestras mentes para toda la vida…

Ruta de la Penitencia: trepando hasta los 1500msnm.

Ruta de la Penitencia: en la cumbre, 1500msnm.

 Ruta de la Penitencia: descenso hacia Huaral.

Esta crónica continuará.

Ver álbum de fotos aquí: La Ruta de la Penitencia

Atte

Dúbert Díaz Ramírez.

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lunes, 30 de diciembre de 2013

CICLISTA SE PIERDE EN “LA RUTA DE LA PENITENCIA”, 29/12/13


 José, el ciclista que sobrevivió al desierto.
 
El es José, un ciclista que se enroló en la Ruta de la Penitencia (Lima-Trapiche-Huaral, 140K).
Luego de cruzar la mitad del desierto y coronar la cumbre, todos iniciamos el descenso cerca de la 5pm, teníamos tres horas para llegar a Huaral.

La bajada desde los 1500msnm fue alucinante y divertida hasta que en una de las paradas de reagrupación nos dimos cuenta que alguien faltaba y era José, quien al parecer había sufrido algún contratiempo. Lo esperamos cerca de 30 minutos pero nunca llegó. Por un momento pensamos que había descendido raudamente como lo había hecho otro ciclista que quería llegar temprano a su casa, pero uno de los presentes nos aseguró que lo había visto detrás de él durante el descenso. Pasaron quince minutos más y al ver que no llegaba enviamos a tres ciclistas a buscarlo, ellos subieron 6Km hasta donde supuestamente lo vieron por última vez pero no lo encontraron, era como si el desierto se lo hubiera tragado. A las 7pm decidimos continuar el descenso hasta el pueblo de Palpa para buscar ayuda, un motorizado y un patrullero también subieron a buscarlo pero no tuvieron éxito. Lo peor de todo era que a José recién lo habíamos conocido ese mismo día y por tal motivo sabíamos muy poco de él y ninguno de los presentes tenía su número telefónico y tampoco lo tenían agregado en facebook. Su foto y nombre completo lo pudimos sacar del muro del evento, donde la noche anterior él había comentado que iría a la ruta. Al no poder hacer más nada por él, la policía no sugirió que al retornar a Lima averigüemos si él había llegado a su casa, de lo contrario se iniciaría su búsqueda en la zona donde se extravió. A las 10.45pm nos fuimos a Huaral, un patrullero de Palpa nos acompañó hasta la salida del pueblo. Llegamos a Lima cerca de la 1am del día lunes. 
En la mañana del lunes 30 de diciembre uno de nuestros compañeros le envió mensajes por facebook pero no halló respuesta, hasta que a las 9am José respondió y le dijo que recién acababa de llegar a Lima y que había sobrevivido a la Ruta de la Penitencia. Por la tarde hablamos con él por teléfono, nos refirió que durante el descenso lo difícil del terreno hizo que se retrasara un poco quedándose rezagado del grupo, luego nos perdió de vista y al verse solo pensó que se había equivocado de camino, continuó unos kilómetros más y al no encontrarnos empezó a preocuparse, gritó fuertemente pero nadie lo escuchó y al ver que anochecía decidió volver por el mismo camino. Mientras retornaba le ganó la noche, sin embargo él siguió subiendo la montaña a oscuras porque sabía que en lo alto había un campamento minero donde podía encontrar ayuda, allí pasó la noche y pudo comunicarse con un familiar al que contó lo sucedido. Al día siguiente trepó con su bicicleta hasta la cumbre y descendió hacia Trapiche, donde su hermano lo esperaba con un automóvil para llevarlo de regreso a casa.
José, descendiendo desde la cumbre.
Todo esto nos deja una gran lección, cuando salgas a una ruta de exploración y de alta exigencia física infórmate bien a dónde vas a ir, lee bien los detalles del evento al cual asistirás, no vayas a la deriva, equípate. Si percibes alguna dificultad para avanzar acorde con el grupo avisa oportunamente a los demás para que se tomen las medidas preventivas del caso. Entrar en las montañas siempre tiene sus riesgos, por eso siempre somos muy cautelosos de anunciar oportunamente las rigurosidades de una ruta.
Damos gracias a Dios porque José salió bien de todo esto, sabemos que todo aquello que vivió ahora formará parte del anecdotario de su vida.

Atte

Dúbert Díaz Ramírez.
RodandoPerú